Día décimo tercero. – Mi agricultor se junta hoy a Meléndez
Valdés, el de las odas anacreónticas, y muy gozoso recita:
“Ya dio alegre el
fresco otoño
la señal de la
vendimia,
y a su voz redobla
el eco
por los valles y
colinas.
Las cestas pues se
preparen,
ordénense las
cuadrillas
y al campo salid
gritando:
¡Honor al dios de
las viñas!”. ¡¡¡Feliz jueves!!!
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