Día trigésimo primero. –
Ayer mi agricultor, recordando la frase que días atrás
apareció en el diario La Rioja y que decía: “Si las administraciones no
intervienen pronto, nos vamos a morir así, de soledad”, colocó en su muro el
reverso de la Casa del Canónigo, cuando esta existía. Hoy, cuando enero de 2017 termina, coloca el
anverso o fachada principal. En lo profundo del invierno, esta casa y sus
fachadas no sólo parecen muertas, sino que su mundo ya está muerto. Sus zarzas
ya no saben volver, se perdió su brújula, esa brújula para internarse en la
áspera noche y poder regresar con la primera luz de los nuevos tiempos. No
desearía que al colocar estos versos pareciese querer ser pedante. No lo soy y
pido perdón; es producto de mi formación que, al contemplar de nuevo la
fotografía, conduce a mi agricultor a recordar a Cayo Valerio Catulo, carmina
V: “Los soles pueden ocultarse y aparecer de
nuevo: nosotros, cuando nuestra breve luz se oculta, hemos de dormir una noche
perpetua”. ¡¡¡Feliz martes y felices recuerdos!!!
La que fue fachada principal de la casa del
Canónigo en Grávalos