Día vigésimo segundo. – Me recuerda hoy mi agricultor lo que el
bardo Shakespeare, creyéndoselo, ya escribió en el siglo XVI: “Cuando asedien
tu faz cuarenta inviernos/ Y ahonden surcos en tu prado hermoso/ Tu juventud,
altiva vestidura/ será un andrajo que no mira nadie”. ¡¡¡Feliz domingo!!!
Carretera de Alcanadre, invierno de 2001
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