Día Duodécimo. – Leyó ayer mi agricultor que Pío Baroja, que
fracasó en su sueño de llegar a una democracia sin frailes, sin moscas, sin
carabineros, sin carlistas, vio cómo se apoderaban de los pedestales los
demagogos con solo un milímetro por encima del mono. Además, escribió el
monólogo del macho cabrío: "Antes me tenían por el símbolo de la
fecundidad; ahora dicen que soy el diablo. Pero yo no lo he notado. Soy un
pobre cornudo como otro cualquiera, que han convertido en un mito".
Cabras murcianas
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