martes, 31 de enero de 2017

Día trigésimo primero




Día trigésimo primero. –  Ayer mi agricultor, recordando la frase que días atrás apareció en el diario La Rioja y que decía: “Si las administraciones no intervienen pronto, nos vamos a morir así, de soledad”, colocó en su muro el reverso de la Casa del Canónigo, cuando esta existía.  Hoy, cuando enero de 2017 termina, coloca el anverso o fachada principal. En lo profundo del invierno, esta casa y sus fachadas no sólo parecen muertas, sino que su mundo ya está muerto. Sus zarzas ya no saben volver, se perdió su brújula, esa brújula para internarse en la áspera noche y poder regresar con la primera luz de los nuevos tiempos. No desearía que al colocar estos versos pareciese querer ser pedante. No lo soy y pido perdón; es producto de mi formación que, al contemplar de nuevo la fotografía, conduce a mi agricultor a recordar a Cayo Valerio Catulo, carmina V:  “Los soles pueden ocultarse y aparecer de nuevo: nosotros, cuando nuestra breve luz se oculta, hemos de dormir una noche perpetua”. ¡¡¡Feliz martes y felices recuerdos!!!

La que fue fachada principal de la casa del Canónigo en Grávalos

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