Día vigésimo quinto. – Mi agricultor, dispuesto hoy a tomar el
sol, me ha recordado que pronto dejará de ponerse ese su abrigo de paño, no podrá soportar sentarse al sol del mediodía, intentará llamar alguien que hace tiempo no llamaba,
dejará de pasarse por la farmacia al volver de su paseo para intentar aliviar ese su molesto catarro, se detendrá a mirar las palmeras
plantadas en medio de la playa, ver anuncios de playas remotas y barcos y
escuchar a ese alguien que cantando vaga por la calle. ¡¡¡Feliz miércoles!!!
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