Día Noveno. – Recuerda mi agricultor que, en su pueblo y
casi coetáneo suyo, vivió un personaje al que llamábamos “el Zaragata”. Siendo
niño, muy niño no entendí el significado de la palabra. Hoy ya sí. Y ya sabemos
que, según el apodo, el muchacho era alborotador, reñidor, pendenciero y hasta
capaz de envolver todas sus acciones con adornos de pelotera. ¿Cuándo lo
apodaron de esa guisa conocían lo que zaragata venía a significar? Mi
agricultor no lo cree. El chico podía ser un zaragata, en el sentido de hacedor
de zalamerías, pero nunca fue un pendenciero. ¡¡¡Feliz jueves!!!
Grávalos: torre y castaños
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