Día Tercero. – Algún día, me dice mi agricultor, comenzaré
el relato de la siguiente guisa: Montaron enjambres, grandes colmenas de
casas y se los llevaron a todos a la ciudad alegando que aquí había muy pocas
opciones para vivir. Crearon la figura del paleto: el que se iba era el listo,
el que se quedaba, el tonto, el que no sabía buscarse la vida... Y los pueblos
se fueron quedando vacíos. Cuando el amigo de mi agricultor se marchó,
en su pueblo aún vivía casi un centenar de personas y cuando volvió, nada, ocho
o diez, tres bombillas y las ovejas, ¡ay las ovejas!, pastando por las calles.
Estaba completamente abandonado. Y eso que en el cargadero del ventanuco pueden leer la
inscripción que debió protegerles: “Año 1861 CRISTO VIVE CRISTO REINA.” ¡¡¡Feliz
viernes!!!
Inscripción que pude fotografiar, era la
única, en Torrevicente del partido judicial de Burgos de Osma
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