Día décimo quinto.
– Hoy mi
agricultor, Imaginativamente, recorre los surcos y las avenidas del trigal por
donde corren y silban su triple nota las codornices. Y más arriba, suspendidas
en el aire como puntos de voz, calandrias y alondras entrelazan sus largas
parrafadas. En estos campos de horizontes infinitos no hay mejor oteadero que
el que alcanzan con su frenético batir de alas. ¡¡¡Feliz miércoles!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario