Día Segundo. – Hoy
me comenta mi agricultor que, llegado el mes de junio, en la Región de Murcia
ya se ha terminado la temporada de los tomates buenos. Desgraciadamente, se
acabaron hace un mes y ahora vuelve a ser difícil creer en los tomates de verdad.
Y en Dios. La piel del tomate bueno no debe ser gruesa sino dulce; el interior
ha de asemejarse a un semillero lúbrico, pubescente, untuoso. Sólo hay que
cortarlo y aliñarlo con un poquito de aceite y sal. Desengáñate, esa es la
felicidad, me acaba de sentenciar mi agricultor. ¡¡¡Feliz jueves!!!
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