Día Décimo. – Ahora que la
primavera, como todo lo que apunta hacia su final, nos llena de melancolía
mientras y nos apura a disfrutar del presente, hace que mi agricultor no haga
otra cosa que añorar esas noches frescas, días inciertos y lluvias que dan paso
a brillantes cielos azules. Y aunque todavía no se ha impuesto la solidez
plomiza del verano él ya echa de menos la primavera. Ese tiempo donde todo
parece posible.
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