Día Undécimo. – Mi agricultor, en
este avanzar de final de primavera, sigue acordándose de ésta y de sus
contrastes, del calor a mediodía y de las noches con chaqueta, de sus flores,
hoy a punto de reventar, a punto de marchitarse mañana. Y comprende que muchos
prefieran los días de verano, azules uno tras otro, salvo en ese Norte que huye
de la rutina. Levantarse sabiendo que hará calor y no lloverá y donde todo
esfuerzo parece inapropiado, agotador, excesivo y útil para dejar pasar las
horas. Jugar a tomar el sol y a escapar de él. Tener sed y apagarla. Pero él prefiere
las primaveras. En el diario quehacer. Incluso, en lo climático. ¡¡¡Feliz
sábado!!!
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