Día décimo octavo. – Ahora que los días alargan y despierta el
campo, es tiempo de volver al paisaje de la infancia. Las manchas
verdes del sembrado desfiguran y dulcifican algo la estampa tradicional del
pueblo y de su jurisdicción, sin que logren borrar del todo la parda desnudez.
Verdean ya tímidamente los sembrados, que reviven con los primeros soles de
marzo. ¡¡¡Feliz sábado!!!
Grávalos
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