Día Sexto.- Mi agricultor se ha
tropezado esta mañana con una pordiosera y una monja, de espaldas a la realidad,
que le han hecho recordar estas dos cosas: La primera que pordiosear es
pedir por Dios y la segunda que, según escribe María Zambrano, sólo el hombre
es pordiosero cuando siente su servidumbre y su necesidad. Y, al pedir, recoge
indigencia y servidumbre, pues pide porque es siervo y necesita. ¡¡¡Buen día de
lunes!!!
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