Día décimo quinto. – Ayer mi agricultor adornaba su saludo diario
con una fotografía del rio Glera que no es otro que el río Oja, ese que tiene
origen vasco y significado de “bosque”, al acumular mucha hojarasca en otoño.
Por otro lado, Glera tiene origen latino y da nombre al lugar donde se acumulan
guijarros. Los dos términos tienen intenciones similares: la sustitución del
agua por un cauce seco, cubierto de hojas o piedras. La Hilera, finalmente, es
una deformación lingüística: Glera>Illera>Ilera>Hilera. ¡¡¡Feliz
miércoles!!!
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