Día vigésimo séptimo. – Hoy mi agricultor ha contemplado este amanecer en la segunda semana del
primer día de la primavera. El sol despunta tras el horizonte de esas
montañas de sal blanca, cubiertas por el polvo pardo, restos terreros de los
últimos temporales. Pero la atmósfera ya está tibia, y en ella resuenan las
voces de los más madrugadores. El cielo es un dosel sonoro tejido con sus
parloteos emitidos desde el aire. ¡¡¡Feliz lunes!!!
Amanecer en las salinas de san Pedro del Pinatar
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