Día trigésimo primero. – Me susurra hoy mi agricultor que hay hombres de
campo, de ésos que sólo saben leer las encinas y las jaras, que entienden más
que cualquier ingeniero de montes; por no hablar del sentido común y la astucia
del hombre y mujer que se han ido haciendo a sí mismo, frente a todos los que
meten el rollo sobre “las sinergias”. Y hoy mi agricultor es consciente de haber dado con el pleno.
¡¡¡Feliz viernes!!!
Jara y molino en
Puerto Lápice
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