Día noveno. – De momento, dice mi agricultor, siguen los
pájaros cantando y en la calle se oye la risa de unos niños. Y, como el tiempo
ya parece asentado, no tardarán en salir las violetas en los rincones del
jardín. En la casa del norte tardarán más, pero al fin brotarán también. No
todo está perdido. Recuerdo, siendo muchacho, una frase que oía
constantemente a los mayores en casa y en la calle: “¡No sé adónde vamos a
llegar!” Pues hemos llegado hasta aquí, y lo último que quisiera yo es, a pesar
de todo, acabar convertido en un viejo cascarrabias. ¡¡¡Feliz jueves!!!
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