Día vigésimo tercero. – Echa en falta hoy mi agricultor, desde los fríos heladores
riojanos, esa luz de la mañana mediterránea, tamizada por la cristalera del
porche y que atraviesa el corazón de los limones que rebosan una ensaladera de
cerámica blanca, ya algo desportillada. Él mismo los recogió de un árbol con
ramas retorcidas que daban cobijo a un banco de piedra forrado por azulejos de
colores en un jardín de San Javier cuando la primavera no era ni una promesa.
¡¡¡Feliz jueves!!!
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