Día Primero. – Hoy mi agricultor reflexiona sobre sus días: Era el atracón antes del ayuno y abstinencia de
la Cuaresma, tiempo en que estaba prohibida la carne desde el Miércoles de
Ceniza hasta la Pascua Florida. Ese miércoles los campesinos dejaban la yunta y
acudían humildemente a la iglesia donde recibían en fila la ceniza en la cabeza
-las enlutadas mujeres, en la frente- mientras el sacerdote les decía a cada
uno en latín: “Pulvis es et in pulverem converteris”. O sea, eres polvo y en
polvo te convertirás. Lo sabían ellos de sobra. ¡¡¡Feliz miércoles de ceniza!!!
Ceniza y tinto
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