Día décimo quinto. – Hoy mi agricultor, llegado el Sábado
Santo, recuerda cómo, desde el norte hasta el sur, sobre todo en el sur, rompió
un sonido de clarín el silencio de la Semana Santa. Desde la austeridad
castellana a la hipérbole andaluza. Desde el rigor cartagenero a los Salcillos
murcianos. Desde los bancos del templo a la soledad de la habitación. Desde la
duda de la razón. Desde la saeta. Desde el más íntimo recoveco de aquel que no
cree pero respeta a los demás. Desde siglos de tradición y belleza. Desde
tantos lugares, hoy, todavía, brota la Semana Santa en España. ¡¡¡Feliz Sábado Santo!!!
Salcillo, el arte barroco en la calle
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