Día vigésimo
tercero. – Me comenta hoy mi agricultor que siempre existe una paradoja entre la apariencia y la sospecha, entre el
higiénico paisaje de las ciudades y el olor algo turbio de la realidad que se
intuye y acompaña durante todo el tiempo al visitante. Se dice que nuestra sociedad es como un souvenir: como esa matrioska que al ser abierta
encierra otras matrioskas que guardan en sus tripas secretos infinitos. ¡¡¡Feliz martes!!!
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