Día Primero. –
Se queja hoy mi agricultor, y con razón, de que al viñedo le haya llegado el
momento en el que, dejada atrás la poda y el reposo, y los primeros lloros
de la floración, hoy tenga que volver a derramar lágrimas ante el frío helador,
abrasador y arrasador que se ha llevado por delante, alegrías, trabajos y
sudores. ¡Ay que pena, los sentidos ya no podrán aguardar el momento sublime y
tampoco, como dijo el poeta, habrá tiempo en el que puedan besarse en la
banasta! ¡¡¡Buen lunes!!!
Mano acariciadora del desastre
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