Día trigésimo
primero. – Mi agricultor termina hoy el mes volviendo a ese raído
cuaderno que dejó escrito tía Teresa, como si fuese una joya antigua, para él
lo es, desfigurada o abrillantada por el tiempo, guarda este cuaderno de tapas
rojas, que yo había olvidado. Recogeré para finiquitar el mes sólo una canción
más, que puede haber perdido vigencia entre esos pueblos deshabitados que tanto
recordamos.
“Sopa en vino no emborracha,
litro y medio no es beber,
no sé qué coño me pasa,
que no me valgo tener”.
Camino de Zarzosa a la ermita de la Virgen de Canalejas