sábado, 14 de mayo de 2016

Día décimo cuarto




Día décimo cuarto. - Me recuerda mi agricultor, después del viaje relámpago realizado por la Serranía de Albarracín, que desde que allí puso el pie no hizo otra cosa que olfatear que este pueblo, hoy de muchos forasteros, será en agosto de demasiado jolgorio nocturno. Y es que este Monumento Nacional le atrapó desde la calma que promueve la orilla del río Guadalaviar hasta el castillo del Andador, en lo alto de la muralla, sin olvidarnos de su plaza Mayor, con su Ayuntamiento porticado y todo ese centro vital de un pueblo amurallado, de origen islámico, defensor de la calidad arquitectónica, de calles quebradas, de la mampostería y de un color entre el rosa y el ocre, sus sugerentes gradación de casas colgantes que se solapan y presumen del equilibrio de sus balcones corridos de madera. Y, cómo no, su armónica concentración entre arquitectura, vegetación y naturaleza. ¡¡¡Feliz sábado!!!


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