jueves, 12 de mayo de 2016

Día duodécimo




Día duodécimo. – Ayer mi agricultor se empapó de todo un enclave de pasado mudéjar, anduvo por los alrededores que mezclan rocas oxidadas y cielos puros. Una buena puerta de entrada a todo un sutil paisaje protegido de los Pinares de Rodeno, cerca de Albarracín. Aquí hay otro lugar muy curioso: el barranco de los burros, desfiladero donde, en otra época, para alimento de águilas y lobos, se abandonaban animales muertos. Es todo un valle de fantasmas terrenales. Sonidos apagados, estribillos extraños de urracas o cuervos que no ves, sombras inopinadas afloran entre rocas y cardos y pocas personas o las personas justas. ¿Para qué más? ¡¡¡Feliz jueves!!!


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