Día décimo. - Mi agricultor me muestra hoy, precisamente
hoy, esta amapola para decirme que, desde su colorido hasta su frescura, sabe y
huele a ese campo que siempre ha formado parte de nosotros, ambos lo llevamos
en el alma. Aunque para acarrearla sea necesario a veces contemplarla a través
del objetivo de mi cámara. ¡¡¡Feliz día MAMÁ y tú bien sabes lo del ababol de
hoy, te quiero!!!
Novia del campo, amapola
que estás abierta en el trigo;
amapolita, amapola
¿te quieres casar conmigo?
Te daré toda mi alma,
tendrás agua y tendrás pan.
Te daré toda mi alma,
toda mi alma de galán.
Tendrás una casa pobre,
yo te querré como un niño,
tendrás una casa pobre
llena de sol y cariño.
Yo te labraré tu campo,
tú irás por agua a la fuente,
yo te regaré tu campo
con el sudor de mi frente.
Amapola del camino,
roja como un corazón,
yo te haré cantar, y al son
de la rueda del molino.
Yo te haré cantar, y al son
de la rueda dolorida,
te abriré mi corazón,
amapola de mi vida.
Novia del campo, amapola,
que estás abierta en el trigo:
amapolita, amapola,
¿te quieres casar conmigo?
(Juan Ramón Jiménez)
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