lunes, 15 de febrero de 2016

Día décimo quinto




Día décimo quinto. – Dice mi agricultor que las apariencias engañan y que, de unas jornadas cálidas, demasiado cálidas, hemos pasado a un descenso brusco de las temperaturas que está poniendo en alerta a los agricultores, especialmente a los productores de fruta de hueso, en plena floración. Y de esto me ha estado hablandoa esta mañana cuando, rápidamente, ha recordado de Juliana, esa vieja monja belga del Císter que, a pesar de haber superado hace mucho los ochenta, prefiere la soledad de una cabaña a los muros del monasterio. Juliana, me cuenta mi agricultor, ha optado por vivir sola en medio de la Naturaleza, acabar sus días al pie de la sierra de Cebollera, rezando, leyendo y escuchando música clásica, Mozart y Hendel mayormente, y, sobre todo, Bach. Mientras tanto fuera de su cabaña sigue cayendo la nieve y suceden otras raras cosas. ¡¡¡Feliz lunes, hermana Juliana!!!


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