martes, 16 de febrero de 2016

Día décimo sexto




Día décimo sexto. – Sigue hoy mi agricultor con la hermana Juliana que ahí sigue con su rutina. Se acuesta después de rezar Vísperas y Completas y se levanta a las cuatro de la mañana a rezar Maitines. Sigue durmiendo con la ventana abierta, lo mismo en verano que en invierno. No tiene cama. Duerme en un saco en el suelo. En el otro habitáculo ha montado un pequeño altar. Ahora se le ha echado encima el duro invierno soriano. Pero a ella no parece preocuparle el paso de las estaciones ni la llegada de la nieve. De las alturas nevadas del Urbión y la Cebollera baja ya un viento helador que corta el resuello en esos hermosos parajes de Molinos de Razón, por donde discurre, indiferente, el alegre Razoncillo entre pinos, robles y hayas y donde sor Juliana tiene, en el costado de un prado, su humilde morada. Mi agricultor promete hoy que cuando rompa la primavera subirá hasta la cabaña de la monja Juliana, si aún vive, y le llevará, si os parece bien, un ramo de violetas. Mientras tanto fuera de su cabaña sigue cayendo la nieve y suceden otras raras cosas. ¡¡¡Feliz martes, hermanos!!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario