viernes, 5 de febrero de 2016

Día quinto




Día quinto. – Hoy mi agricultor, pasado y celebrado san Blas, se ha detenido en averiguar de dónde le viene al santo Blas su fama de especialista en males de garganta y ha encontrado esa leyenda que cuenta que, cuando era trasladado de la cueva del monte Argeo donde se había refugiado huyendo de la terrible persecución de Diocleciano, para ser ejecutado, una multitud se arremolinó a su paso. Entre el gentío, una mujer se le acercó con su hijo moribundo en brazos pidiéndole ayuda a gritos. El niño tenía una espina atravesándole la garganta. El santo le impuso las manos y el muchacho quedó curado. He ahí su fama. ¡¡¡Feliz viernes!!!

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