Día vigésimo primero. – Recuerda hoy mi agricultor, no dándola
aun por perdida, aquello de ¡Pobre España, tan invertebrada hoy como, según
Ortega, siempre lo estuvo! Al mismo tiempo que me recuerda que para no darla
por perdida quizás sea necesario salir a buscar alguna meiga, jing, tulku o
simplemente desechar la penosa mala follá colectiva. ¡¡¡Feliz domingo!!!
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