Día décimo sexto. – Hoy me dice mi agricultor que el fantasma
de un mensajero golpea de puerta en puerta con una carta en la mano. No se sabe
por qué, su destino depende de que entregue esa carta. Al cabo de unos días,
nadie le abre. ¡¡¡Feliz viernes!!!
Escultura sentada en el alto de una casa
riojana
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