Día vigésimo. – Hoy mi agricultor seu confiesa:
he vuelto por Navidad al paisaje donde me crie y lo hago entre la línea de los
montes y la orilla del mar a lo lejos, recordando el espigón, los barcos y el faro
silencioso, el viento duradero, la piedra negra minera y la roca verdecida.
Regresar así a casa, antes de la Lotería, es como caer en la casilla de
salida. ¡¡¡Feliz martes!!!
Final de otoño a la orilla del río Iregua
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