Día vigésimo segundo. – Hoy
en casa de mi agricultor se juega a la lotería: lleva pequeñas participaciones
del bar del pueblo y del chiringuito de la playa, otra del equipo de fútbol del
hijo del vecino, otra más de la tienda de alimentación del barrio, otra del
viaje de paso de ecuador de dos universitarios que se pasaron por casa, allá por el mes de abril pasado, otra de
una amiga que da clases de Pilates, otra de una peña atlética, otra de los
cuñados y de la asociación de jubilados, de ese joven agricultor que siempre se
anuncia con su cartilla, otra de la empresa de mi
primo y hasta de la empresa de un primo de mi primo; hemos comprado pequeñas participaciones
de ídem, digo, y en casa tienen, todos
tenemos la absoluta certeza de que no nos va a tocar nada importante. Nada que
no tengamos. ¡¡¡Feliz lotería!!!
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