Día vigésimo octavo. – Hoy, día de inocencia, le gustaría a mí
agricultor saber componer poemitas cortos, muy cortos, fulgurantes, recién
hechos, frescos como la frescura nebulosa con la que hoy hemos amanecido, solo para
poner en él cosas escogidas: puñados de nieve, olas de espuma frías, musgo,
escarcha, las huellas de un pajarito blanquinegro, gotas de agua. Desearía que
los poemitas se sobrepusiesen a su propia inocencia para entregarlo como de
regalo con esas cosas dentro. ¡¡¡Feliz
inocencia!!!
Asomado al mundo de Navalsaz
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