Día séptimo. – Mi agricultor, hombre trabajado, sufrido y cultivado por el sol, por las inclemencias del tiempo y, también, por los trinos de las aves, jamás se
preocupó por averiguar quién pudo firmar aquello de que “el grillo es una
cigarra sin guitarra”. No importa, él hoy lo repite porque entiende que jamás
la poesía de la tierra se extingue. ¡¡¡Feliz miércoles!!!
Musgo escarchado de la sierra Cebollera
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