Día Primero. – “Comer
bien es soñar de la mano del cocinero, que sueña a su vez, con hacer de tu
comida un sueño”. Esto es lo que mi agricultor escuchó ayer en la profundidad
de un restaurante con olores y sabores a cultura morisca, donde la cocina es
capaz de emocionar y, por lo tanto, inevitablemente, de evocar. Fue donde se
asientan los fogones del “Sordo”, a la sombra de las ruinas del castillo donde
Ben-Hud fue proclamado rey de Murcia, sobre un balcón que asoma desde la altura
hacia un río Segura todavía limpio, vivo y exuberante, junto a huertos cuajados
de frutales, palmeras y cítricos y donde se aboga por la cocina antigua, sencilla
también en sus nombres - “por qué cojones, me dijo, ponemos títulos de cuatro
renglones a los platos- y sabrosa. “La de mi madre y la tuya”. ¡¡¡Feliz
viernes!!!
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