Día decimonoveno. – Hoy
mi agricultor observando como un paseante garbeaba al borde del mar se ha
detenido en estos versos de Shaquespeare, y comprobando la última luz de la
farola en la mañana de hoy, ha recordado que hay que invocar para que las
alondras, de las que me cuentan sólo quedan en España unos centenares sigan desadormeciéndonos con sus cantos; alondras
que cantan desde el cielo en las mañanas del invierno, despertando los jardines
dormidos, como si se tañeran los dientes de un peine. Que no falten, que se
necesitan para hacer poemas: “Como alondra que, al romper el día, de la oscura
tierra se alza / y canta himnos ante las puertas del cielo”. ¡¡¡Buen martes!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario