Día Undécimo. – Hoy,
ante esta imagen de la aldea de Altuzarra, comenta mi agricultor, que en sus
paseos por algunas aldeas despobladas, observó cómo todo estaba sumido en el
rancio recuerdo de un pasado medio-ilustre llegando a deducir que este enclave,
en tiempos pasados, pudo ser aldehuela de casas labriegas y palacetes de
agricultor, mientras hoy se manifiesta luciendo sus muros caídos en la ruina,
cubiertos de musgos y verdines, donde la espesura se manifiesta salvaje hasta
forrar árboles, piedras y los helechos nacen sobre rocas hasta amortiguar un principal alboroto que procede del discurrir de la corriente de un riachuelo
cercano -arroyo de Altuzarra- afluente del río Oja que, metros abajo, hasta se
vuelve cascada.
¡Qué pena que el lugar, aun envuelto
en el aura del medievo, no pueda volver a las hechuras pétreas de sus casas y
callejuelas y remozarse con la idea de retomar a revivir el pasado histórico
que guardan sus centenarios muros y donde la lumbre se mostrase puesta a toda
hora! ¡¡¡Feliz lunes!!!
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