Día Segundo. – Dice mi agricultor que todavía tiene la esperanza de
encontrarse una mañana de estas en el buzón de casa o en su cuenta de correo
electrónico la contestación al mensaje de amor imposible que metió en una
botella y arrojó al mar cuando era joven y soñó con que a lo mejor un día
llegaba a su destino. ¡¡¡Feliz sábado!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario