PROLOGO Y SALUDO DE MI AGRICULTOR
Mi agricultor, ahora que se
traslada de habitáculo y crea esta nueva habitación bloguera, entiende que toda
lectura pública debe empezar por el prólogo, siendo también de mi agricultor. Y
es que, desocupado lector, él está emocionado en esta su nueva travesía porque
desea hablarles, lo hará cada mañana, a cada uno, desgranando las dificultades
y entregándolo mondo y desnudo, sin ornamentos.
Me dice mi agricultor les diga
que esta habitación bloguera va a ir, como en el prólogo del Quijote, adornada
de adjetivos, tales como: avellanado, antojadizo, poltrón para que, como dice
Cervantes, “el melancólico se mueva a risa, el risueño la acreciente, el simple
no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la desprecie,
ni el prudente deje de alabarla". Son
estas adjetivaciones que siempre le encantaron y le siguen teniendo embelesado.
Queda aquí mi agricultor, aquí los espera diariamente, oyendo los gárrulos
vencejos sobrevolando por encima de los tejados de la casa invitándoles a
buscar en sus relatos, sentencias, descripciones, dichos, máximas, proverbios,
refranes, moralejas, veredictos y laudos. "Y con esto, Dios te dé salud, y
a mí no me olvide. Vale"
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