lunes, 5 de septiembre de 2016

Día Quinto




Día Quinto. – Ayer mi agricultor, siguiendo la décimo quinta etapa de la Vuelta Ciclista a España, recordó y extrajo de sus archivos una fotografía sacada en el año 1989, mes de diciembre, en la que intentó inmortalizar los reflejos de Lanuza, es así como se llama el pueblecito del valle de Tena, otrora en ruinas y que pudo ser anegado y que nunca lo consiguieron al no alcanzar el embalse la elevación prevista. Como podrán comprobar lo que fue un pueblecito, proyecto de inundación, hoy es un pueblo más allá de un boceto de recuperación, habiendo abandonado el ser una postal lacustre: piedras reflejadas en el agua, campanario de la iglesia silueteado sobre las peñas y cuadro sedante indemne a los silencios de la montaña. Pueblo que ha dejado atrás el rugido de los vientos y ventiscas. Si ayer me entristeció fotografiándolo desde la orilla del río Gállego, hoy me ha alegrado al comprobar que cada dormitorio del único hotel, allí existente, recibe el nombre de un escritor cuya novela más conocida se ofrece en la mesilla de noche y sus extractos serigrafiados en la mampara del cuarto de baño. ¡¡¡Feliz lunes!!!


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