Día
vigésimo cuarto. – Hoy mi agricultor tiene la buena intención de pasarse un
largo rato en una librería, transcurrir un tiempo leyendo de pie y al final traerse
una antología de haikus bajo el brazo. Así lo hará y hasta ha soñado con
meter un libro en la maleta y marcharse de viaje a la laguna, aunque sea la muy
cercana, aquí en el Mar Menor. Pasar una noche, en medio de la nada, contemplar
un relámpago mientras en la lejanía escucho el canto de un grillo, que no cesa.
Que no se muestre la luna, pero que las nubes sean de un blanco lechoso contra
el cielo oscuro, y que todo esté envuelto en un maravilloso silencio. ¡¡¡Buen y
feliz sábado!!!
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