Día Undécimo. – Hoy cuenta mi
agricultor aquello que ha leído en “Los cuadernos de letra pequeña” de José
Jiménez Lozano y que es fiel copia de lo que está pasando en nuestra sociedad.
Cómodo era hijo de
Marco Aurelio, y, su biógrafo, Elio Lampridio, cuenta que un día como se bañase
en un agua que estaba mucho más fuerte que tibia- "Cum tepidius forte
lautus esset", escribe cuidadosamente Lampridio para indicarnos que estaba
más caliente de lo debido- ordenó que se echase a un horno al bañista que se lo
había preparado, y entonces el pedagogo, o cuidador del muchacho, más
"dialogante" que valeroso y para no contrariar a sus señorito, hizo
quemar una piel de carnero, y el olor a cuerpo quemado le hizo creer a éste que
su orden había sido cumplida. ¡¡¡Feliz domingo!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario