Día trigésimo. – Recuerda hoy mi
agricultor que también a él le engañaron alguna vez. Fue cuando le prometieron
donar unas cabezas sueltas de ganado ovino para poder multiplicarlas y formar
una piara. No pudo ser, quizás porque los de las promesas confundieron al
carnero creyendo que éste era un animal que, como define Rodrigo Cortés, al
contrario que la oveja, se come el borde de la pizza. ¡¡¡Feliz sábado!!!
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