Día Décimo cuarto. – El domingo pasó
inesperadamente y mi agricultor lo descubrió de repente. Fue una sensación, no
un razonamiento. Era cerca de medianoche y tuvo conciencia de que llevaba casi
tres meses sin Gobierno. Y es feliz. Y empezó a rumiar en voz baja las
ventajas. ¡Qué bien se vive sin Gobierno! Y tomó nota de un artículo, Felices
sin Gobierno, de Raúl del Pozo en el que escribía: “Aquí estamos sin Gobierno
desde Navidad, la cuesta de enero nos resultó más leve; y de momento nadie nota
la ausencia, aunque quede el sucedáneo del Ejecutivo en funciones”. Ése es el
ruido de la calle, sí señor. ¡¡¡Feliz Lunes!!!
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