Día Duodécimo. – Me recuerda hoy mi
agricultor que, en sus tiempos, no estaba bien visto andar mano sobre mano. Al
que holgaba demasiado le llamaban holgazán, y adquirir fama de holgazán era la
peor recomendación a la hora de encontrar novia, tanto como cargar con el
sambenito de amigo de lo ajeno o ser tenido por un chisgarabís sin palabra o un
mindundi sin oficio ni beneficio. El conoce que ahora estamos en otros tiempos,
con otras prioridades y con un sentido del deber y del trabajo muy singular. ¿O
no? ¡¡¡Feliz sábado desde este rincón de Zenzano, donde seguro, seguro ni hubo ni hay gandules!!!
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