Día Vigésimo sexto. – Después de la
conversación que echaron hace dos días mi agricultor y el pescador bajo el
manto de ese bello arco iris doble, los dos llegaron a la conclusión que, en
tiempos de tanto lugar común, de tanto hablar por hablar, de tanta verborrea
vacía y de tanta estupidez individual y colectiva, su encuentro bajo el arco
iris de la verdad hizo que este resplandeciera un instante sobre sus cabezas y
les reconciliase con su condición humana, tan maltratada por la mayoría.
¡¡¡Feliz Sábado de Gloria desde el campanario de la iglesia de Navajún!!!
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