domingo, 6 de marzo de 2016

Día Sexto




Día Sexto. – Me comenta hoy mi agricultor que la fotografía de la que fue y se llamó Casa del Canónigo, ésta que aquí aparece y que él guarda como oro en paño y sin Medusa, es una fotografía del recuerdo. La Casa fue derribada hace tiempo y ya tampoco hay Canónigo que la habite y esto sucedió en Grávalos, su lugar de origen y estancia. Desgraciadamente a la Casa del Canónigo no le sucedió lo que al molino de Ainielle; éste fue restaurado y nuestra casa, así como de repente, fue desertizada y se convirtió en un cementerio de escombros al aire libre. Y esto no es lo negativo, que lo es. Lo pernicioso es que en una villa con censo aproximado de 200 almas no ha existido ninguna que se haya preocupado de que su memoria no sucumba, aunque fuera conservando algunos de sus elementos patrimoniales. Aquí en mi pueblo, es triste decirlo, tampoco supieron valorar las pequeñas cosas y los pequeños grandes testimonios de nuestro pasado, guardándolos para el futuro. ¡¡¡Feliz domingo y gocen contemplando lo que ya murió!!!


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