Día Séptimo. – Hoy mi agricultor me
susurra que, aunque la vida ha cambiado, la historia es siempre la misma y
suelta ese susurro observando esta fotografía que, como la de ayer, tampoco
existe ya en la realidad porque los nuevos constructores, arquitectos o
administradores del recién restaurado Balneario de Grávalos no supieron o no
quisieron conservarla. Y ahí está la fuente, sólo en la fotografía que él conserva.
No la encuentren en otro sitio, no existe, y es una pena y hasta una desidia y
puede que, en lo que respecta a su conservación, la Administración y sus
gestores sigan teniendo mala conciencia. Mientras, ahí queda en el recuerdo,
para siempre, esa fuente, adornada con esos coloristas azulejos y ese soporte
posa-vasos, apoyado en sus columnas, vacío de los vasos de todos aquellos que
todo lo que esperaban de la vida sólo era el regalo de pasar una semana o, a lo
sumo una quincena, tomando el agua. ¡¡¡Feliz lunes!!!
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